Carolina Dolan Chandler, directora de Tecnología de la empresa argentina líder en software, Globant, describe la gamificación como “el empleo de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas, con el fin de potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos”.
En otros términos, se trata de la aplicación de mecánicas propias de los juegos en contextos diferentes para la consecución de uno o más objetivos, generalmente educativos, de modo que se ocupa del diseño de sistemas que aumenten la motivación y la diversión utilizando elementos y estrategias asociadas a lo lúdico.
Los juegos de negocio o business games son aquellos que se utilizan para enseñar habilidades y conceptos relacionados con la economía o el mundo empresarial. Esto incluye contenidos de administración de empresas, finanzas, recursos humanos, negociación o hasta la compra de acciones en Bolsa. La mayoría de estos juegos utiliza simuladores para imitar la vida real y favorecer el aprendizaje mediante experiencias análogas a la misma.
Los simuladores son objetos de aprendizaje que, mediante programas de software, intentan replicar fenómenos de la realidad. Se desarrollan en un entorno interactivo, permitiendo al usuario modificar parámetros y observar cómo reacciona el sistema ante el cambio producido. Se utilizan con el propósito de permitir al participante de la simulación la construcción de conocimientos a partir del trabajo exploratorio, la inferencia y el aprendizaje por descubrimiento.
Los simuladores se desarrollan en un entorno interactivo, que permite al usuario modificar
parámetros y ver cómo reacciona el sistema ante el cambio producido.
Un simulador es un aparato que permite la simulación de un sistema, reproduciendo su
comportamiento. Reproducen sensaciones que en realidad no están sucediendo y constituyen
un procedimiento, tanto para la formación de conceptos y construcción en general de
conocimientos, como para la aplicación de éstos a nuevos contextos a los que, por diversas
razones, el estudiante no puede acceder desde el contexto metodológico donde se desarrolla
su aprendizaje.
Es una herramienta lúdica de aprendizaje, que pretende la reproducción de un sistema
económico, financiero y/o empresarial. Esto le ayudará a dotarse de la experiencia necesaria para aprender a distinguir lo importante de lo accesorio cuando se trata de gestionar una empresa.
Permite aprender sin riesgo, pero de forma empírica, lo que se debe y no se debe dejar de hacer.
El objetivo básico de una simulación de empresa es ayudar a comprender y solucionar
problemas complejos de la vida real, construyendo una versión más pequeña, simplificada, del
problema que se denomina “modelo”. Este modelo puede comprenderse más fácilmente que
la realidad que intenta representar. Es posible manipularlo para ver cómo se comporta de
manera más segura que si lo hiciéramos con el problema real para avanzar, de esta forma, en
la solución del mismo.
"Las simulaciones de empresa son herramientas de aprendizaje que pueden ayudar a los
participantes a aprender nuevas habilidades y comprender el proceso de toma de decisiones.
Los directivos y los empleados de cualquier empresa pueden aprender, por ejemplo, como
crear y trabajar en un equipo de proyecto o en una empresa simulada o como resolver los
problemas que se les planteen, en un entorno libre de riesgos en el que no tiene que
preocuparse por la pérdida de capital o de sus medios de supervivencia." Harvard Business
Review.
La palabra simulación se considera, a veces, demasiado mecanicista en entornos educativos y
se prefiere, en su lugar, el término “juego”. Sin embargo, este término puede tener algunas
connotaciones negativas: desperdicio de tiempo, el no tomarse las cosas demasiado en serio y
el comprometerse en un ejercicio cuya única finalidad sería divertirse.
La palabra “juego” puede tener también asociadas las ideas de competencia, de reglas que no
tienen que ser siempre obedecidas y de estrategias diseñadas para confundir a los
competidores, de manera que puedan ser poco apropiadas. Así pues, utilizaremos mayoritariamente, como
hemos venido haciendo hasta ahora, el término “simulación de negocios” para referirnos a las
herramientas de este tipo que se utilizan en entornos educativos. Aun así, las simulaciones
divertidas son experiencias memorables. Los participantes pueden aprender al mismo tiempo
que se diviertan y la experiencia de aprendizaje se convierte en algo sumamente gratificante.
Sin darse cuenta, desarrollan e internalizan una serie de reglas para el éxito que pueden
aplicar de forma intuitiva en el mundo real."
Aunque el divertirse durante una simulación es muy importante, este no es usualmente el
propósito fundamental del ejercicio. Las simulaciones de empresa permiten a los
participantes aprender sobre diversos factores relevantes que forman parte de su entorno real
de trabajo. Pueden poner a prueba sus ideas en un entorno no amenazante, comprobando los
resultados de las mismas. Las simulaciones de empresa no tiene como objetivo el encontrar la
mejor solución posible a un problema, dado que en la realidad es habitualmente imposible
conseguir tal cosa, siendo también esto cierto incluso en el mundo simplificado de la
simulación.